Preguntas habituales

El buen uso del medicamento

En las sociedades modernas la gente ha comenzado a entender que para proteger y mantener la salud se requiere cuidado. En este sentido, el autocuidado de la salud comprende una serie de acciones tales como hacer ejercicio físico regularmente, evitar fumar y beber en exceso o comer ciertos alimentos y mantener una relación amistosa en el hogar y en el trabajo.
Ocasionalmente, tenemos problemas de salud. A veces son serios y requieren el diagnóstico y tratamiento médico. Otras veces son problemas menores o la reaparición de “viejos conocidos” en los que se puede utilizar medicamentos de venta libre como por ejemplo, el pie de atleta, la pediculosis o el resfrío simple.
Los medicamentos de venta libre, según la Organización Mundial de la Salud (OMS), son todos aquellos cuya entrega y administración no requieren de la receta médica y que pueden ser utilizados para la prevención o tratamiento de dolencias menores o síntomas que no justifican la consulta médica.
En nuestro país, la ley 16.434 y su Decreto Reglamentario 9763/64, (art.35) establece que corresponde la condición de venta libre a aquellos medicamentos destinados a aliviar dolencias que no exigen en la práctica una intervención médica y que, además, su uso en la forma, condiciones y dosis previstas, no entrañan por su amplio margen de seguridad, peligros para el usuario.
Una persona podrá identificar qué problemas de salud menores puede manejar, a qué medicamento puede recurrir y de qué manera debe utilizarlo para obtener los resultados esperados con el mínimo riesgo, sólo si cuenta con la información adecuada. La calidad de la información, más que la cantidad, es fundamental para que los medicamentos de venta libre puedan ser utilizados correctamente.
Los medicamentos de venta libre, al igual que cualquier otro medicamento, pueden producir efectos no deseados (efectos adversos) para su organismo.
Tomado de la Guía Práctica de Medicamentos de Venta Libre; Ed. Trinidad s.r.l.; 1999.

Use medicamentos de venta libre sólo si realmente los necesita.

Antes de usar un medicamento de venta libre

Determine qué es lo que usted puede tener. Entender el problema lo guiará a seleccionar un tratamiento apropiado. Muchas veces el problema es evidente (p. ej., un dolor de cabeza o fiebre); pero, cuando no lo sea o tenga la más mínima duda, evite la automedicación y consulte con el médico.
Pregúntese si el problema que Ud. ha identificado puede ser resuelto sin medicamentos. Por ejemplo, en ocasiones un dolor de cabeza luego de una jornada laboral intensa, puede ser resuelto con el simple acto de hacer reposo en una habitación en penumbras.
Considere qué otros factores pueden influir en el tratamiento que usted ha elegido. El embarazo, la edad y problemas crónicos como diabetes, hipertensión, asma, glaucoma, hipotiroidismo, hipertiroidismo y otros obligan a una cuidadosa selección de o de los medicamentos a tomar, sea porque los factores propios del paciente pueden alterar los resultados del tratamiento elegido, sea porque el tratamiento elegido puede agravar una patología preexistente. En todos los casos, la consulta realizada a tiempo al médico evitará males mayores. También debe considerarse si es alérgico.
Elija el medicamento más conveniente. Elija sólo lo que realmente necesita. Evite las asociaciones de dos o más principios activos. En la mayoría de los casos, no están justificados.
Lea la etiqueta y/o prospecto acompañante. Identifique claramente para qué es ese medicamento, quiénes no deben tomarlo, cuándo hay que tomarlo, cuál es la dosis, cuánto tiempo se puede tomar, cuál es su fecha de vencimiento. Si le quedan dudas debe preguntar al médico. El uso correcto de cualquier medicamento de venta libre permite obtener el mayor beneficio con el mínimo riesgo.
Todos los medicamentos, aún los de venta libre, pueden producir efectos adversos e interacciones medicamentosas. En general, el riesgo aumenta cuando se consumen:
– innecesariamente,
– para resolver problemas para los que no están indicados,
– en dosis más elevadas a las aconsejadas,
– por un tiempo mayor al recomendado y
– asociados a otros medicamentos.
Tomado de la Guía Práctica de Medicamentos de Venta Libre; Ed. Trinidad s.r.l.; 1999

Consejos para el buen uso del medicamento

Use medicamentos de venta libre sólo para problemas menores y por un corto tiempo. Si observa que no mejora o que empeora, consulte inmediatamente a su médico.
Asesórese convenientemente con su médico antes de tomar medicamentos de venta libre si está tomando medicamentos en forma crónica para problemas reumatológicos, diabetes, glaucoma, enfermedades cardiovasculares (p. ej. hipertensión arterial, insuficiencia cardíaca, arritmias, etc.), enfermedades renales, psiquiátricas, problemas tiroideos, etc.
Siempre consulte a su médico antes de automedicarse si está embarazada, amamantando o padece alguna enfermedad crónica, aunque no esté en tratamiento medicamentoso por ella.
Siga las instrucciones del producto en forma cuidadosa. Si no las entiende, consulte a su médico o al profesional farmacéutico habilitado.
Recuerde que muchos medicamentos tienen más de un principio activo y que pueden contener alcohol, sal, azúcar u otros excipientes que pueden ser perjudiciales para su salud. Lea siempre muy cuidadosamente la fórmula que figura en el prospecto.
Si no tiene una respuesta satisfactoria con el medicamento en el corto plazo o aparecen efectos no deseados, consulte a su médico antes de continuar con el tratamiento.
Si piensa que usted o alguien está tomando una sobredosis de un medicamento, llame a su médico urgentemente.
La persona que más puede ayudarlo es su médico ya que tiene los conocimientos acerca de la terapéutica apropiada y de sus necesidades. Es probable que la persona más accesible sea el farmacéutico, el cual puede ayudarlo con sus conocimientos sobre la actividad, efectos adversos, interacciones y contraindicaciones de los medicamentos.
Muchos medicamentos pueden interactuar con alimentos o con otros fármacos, por lo que es aconsejable siempre preguntar a su médico sobre esta posibilidad.
Siéntase libre de preguntar a su médico cualquier duda o inquietud que tenga. No hay preguntas tontas, hay problemas que pueden ser evitados con una consulta a tiempo.

Tomado de la Guía Práctica de Medicamentos de Venta Libre; Ed. Trinidad s.r.l.; 1999

Consideraciones especiales

En general los medicamentos de venta libre son seguros y efectivos, pero hay personas que deben tener mucho cuidado con lo que toman. Los ancianos, por ejemplo, son más propensos que los jóvenes a tener efectos adversos. Aquellos que padezcan hipertensión, diabetes y alteraciones tiroideas pueden presentar efectos no deseables al combinar su medicación habitual con algunos medicamentos de venta libre. Las embarazadas y los niños deben evitar la automedicación y pueden tomar medicamentos de venta libre sólo si están indicados por el médico.

Es importante entender que los medicamentos de venta libre pueden tener efectos indeseables y siempre es conveniente averiguar cuáles son.

Ancianos
Los riesgos de efectos indeseables son mayores que en los jóvenes por dos motivos:
– Los ancianos, en general, tienen más patologías y reciben medicamentos de venta restringida.
– Con la edad, los cambios en las funciones corporales aumentan el riesgo de efectos indeseables y de interacciones entre medicamentos. El hígado y el riñón, por ejemplo, no funcionan en forma tan eficiente, por lo que los fármacos tardan más en eliminarse del organismo.

Niños
Se debe ser muy cuidadoso con el uso de medicamentos de venta libre y en general, no se recomiendan. Además, los niños pueden reaccionar frente a los fármacos de manera diferente que los adultos ya que la composición del cuerpo y la distribución de grasa es distinta y sus órganos están en desarrollo. Para la dosificación debe considerarse el peso corporal, más que la edad. Como muchos chicos toman su propia medicina es importante enseñarles a respetarla. También es muy importante inculcarles que los medicamentos no son caramelos por lo que pueden ser peligrosos si se utilizan innecesariamente o en forma incorrecta.

Antes de automedicar a un niño considere que:
– Un signo menor puede ser un signo de alerta frente a una enfermedad más severa que requiere la visita médica. Ej: si no se trata apropiadamente un niño con diarrea, puede estar en peligro su vida.
– La dosis en chicos depende del peso corporal y puede no estar aclarada en la etiqueta del medicamento. En estos casos, consulte siempre.
– Hay que seleccionar la mejor forma de suministrarlo (cucharas o jeringas) y medir la dosis de la manera más exacta posible. En general, los medicamentos líquidos se toleran mejor que los sólidos (comprimidos, cápsulas, tabletas) y en muchos casos pueden indicarse mezclados con los alimentos.

No hay medicamentos de venta libre para lactantes.
Siempre se debe consultar al médico.

Embarazo y lactancia
Algunos medicamentos pueden incrementar el riesgo de patología congénita por lo que como criterio general, se debe evitar la automedicación. El consumo de medicamentos de venta libre, debe hacerse bajo el control de un médico. Las mujeres que amamanten deben ser muy cuidadosas ya que hay medicamentos que pasan de la madre al niño a través de la leche materna y los bebés tienen un riesgo mayor de experimentar efectos indeseables, por lo que no deben automedicarse sino siempre contar con el asesoramiento y control médicos.

Tomado de la Guía Práctica de Medicamentos de Venta Libre; Ed. Trinidad s.r.l.; 1999

Consideraciones básicas para el buen uso de los medicamentos de venta libre

Para que un medicamento de venta libre desarrolle plenamente sus acciones terapéuticas, debe utilizarse sólo para lo que está indicado y sólo cuando sea realmente necesario; debe ser administrado siguiendo fielmente las instrucciones que figuran en el envase; debe prestarse debida atención a sus posibles efectos adversos, precauciones y contraindicaciones y debe conservarse (almacenarse) adecuadamente.

Tomado de la Guía Práctica de Medicamentos de Venta Libre; Ed. Trinidad s.r.l.; 1999